El inconsciente o los hechizos del lenguaje: el psicoanálisis en el Bicentenario


El inconsciente o los hechizos del lenguaje: el psicoanálisis en el Bicentenario (*)

Por Christian Gómez


En 1910, Centenario y después…


Sigmund Freud escribe: “ Un médico de Chile (probablemente un alemán) se pronunció en el congreso internacional que sesionó en Buenos Aires, en 1910, a favor de la sexualidad infantil, y encomió los éxitos de la terapia psicoanalítica en el caso de los síntomas obsesivos” (Sigmund Freud. “Contribuciones para una historia del movimiento psicoanalítico”. Obras Completas. Amorrortu editores. Buenos Aires. 1996).
El médico en cuestión es Germán Greve, quien se pronuncia ante la sección de Neurología, Antropología y Medicina Legal del Congreso Internacional Americano de Medicina e Higiene que se reunió en ocasión de los festejos del Centenario de la revolución de mayo. Introduce allí un cuadro de situación del estudio de las psiconeurosis donde no encuentra más que teorizaciones deudoras de la clásica nosografía del maestro Charcot, a excepción de las del profesor vienés Freud, las más rudamente combatidas por un ambiente que califica de anticientificista y prejuicioso. Estos ataques responden a la importancia que Freud da a la sexualidad en la etiología de las neurosis. (Ver: Germán García: La entrada del Psicoanálisis en la Argentina.Ediciones Altazor. Bs. As. 1978)

¿Cómo combatir los hechizos del lenguaje que la hipótesis del inconciente supone?. Un inconciente que se vale de las figuras de la retórica hasta confundirse con ella: cuerpo metaforizado de las conversiones histéricas, elisiones del pensamiento obsesivo, antítesis de los sueños, creaciones poéticas de las agudas palabras de los chistes, tropiezos con la verdad reprimida en los lapsus del lenguaje.
Amputado de una u otra de sus concepciones fundamentales, el psicoanálisis se dispersará a lo largo del siglo en diferentes prácticas con difusas intenciones. Pero, Freud dixit, lo reprimido en un lugar retorna siempre en otro.



Siglo 20 cambalache…

Oscar Masotta, cuya figura adquiere hoy dimensiones internacionales, fue introductor en lengua castellana de la enseñanza del psicoanalista francés Jacques Lacan, de quien leemos: “el inconciente es ese capítulo de mi historia que está marcado por un blanco u ocupado por un embuste: es el capítulo censurado. Pero la verdad puede volverse a encontrar: lo más a menudo ya está escrita en otro lado…” (Jacques Lacan. “Función y campo de la palabra y el lenguaje en el psicoanálisis”. Escritos. Buenos Aires. 1988. Siglo XXI editores).
Retorno a Freud, retorno de lo reprimido: eficacia de la palabra en tanto función creadora y reveladora de una verdad reprimida, campo de lenguaje como campo del inconciente mismo sin materialidad alguna que no sea del significante, es decir la palabra.
Oscar Masotta (quien falleciera en el exilio, en el año 1979, en la ciudad de Barcelona) es ahora el nombre de un instituto de psicoanálisis con sede en todas las capitales de provincia del país y ciudades grandes o chicas, en expansión, con consecuencias incalculables.


2010: Bicentenario

En nuestra región parece plausible sostener respecto del psicoanálisis tesis similares a las que explican los intentos de asimilación y/o desplazamientos del texto de Freud en su entrada a la positivista Buenos Aires del centenario. Preferimos aquí tomar otra vía para situar la actualidad.
En un libro de reciente aparición, Enrique Acuña ubica al psicoanálisis como una nueva poética en el desierto de la ciencia ( Resonancia y silencio. Psicoanálisis y otras poéticas. Edulp. La Plata, 2009.). Psicoanalista de renombre y enseñante desde hace varios años en el litoral, muestra en un documental filmado en la aldea de Pindo Poty (paraje La Flor, el Soberbio) estrenado en 2009, la enseñanza de la lengua guaraní y su amor por las bellas palabras (Ñee porá), la función creadora de la palabra y su valor de empeño, a partir de la revisión de un caso que conmovió hace unos años a la opinión pública. (remito al lector a www.labrumatatachina.blogspot.com.). La poética de la lengua Mbyá transmite aquello que el psicoanálisis muestra como siendo el lenguaje del inconciente.
Resulta irresistible formular, para finalizar, la siguiente conjetura: ¿tendremos que aprender más del pueblo y la lengua de aquel que, por estos parajes, uniera su gente y su causa a la causa de Mayo? Desde nuestro lugar de analistas, al menos, así lo creemos. Interesante confirmación de la tesis freudiana que orienta estas notas: lo mas íntimo de nuestro origen lingüístico, reprimido o colonizado, retorna en la eficacia de una práctica (el psicoanálisis) que a cien años de su introducción tiene, en nuestro litoral y el país, mas futuro que pasado. Freud dixit.



(*) Artículo publicado el 25/10/2010 en "Vital", suplemento del diario "El Territorio".