Pre-textos preparatorios... - “La mascarada femenina como creaciones del objeto" - Por Marcelo Ale



PRE-TEXTOS


HACIA EL IV ENCUENTRO DEL PSICOANÁLISIS CON LA HISTORIA Y LA CULTURA

Coloquio:


LAS MÁSCARAS DE LO FEMENINO


• Posiciones femeninas y masculinas del ser.

• El niño entre la mujer y la madre

• Deseo histérico y la ciencia actual.

• Eróticas del cuerpo en la historia




VIERNES 13 DE ABRIL – 19:00 HS


Museo Provincial Juan Yaparí
Dirección: Sarmiento Nº 319


Ciudad de Posadas, Misiones



INFORMES:
Teléfono: (0376) 15-4827189
Email: apm_posadas@hotmail.com



PARTICIPAN:
* Christian Gómez -Asociación de Psicoanálisis de Misiones (APM)
* Luciana Molfino -Asociación Centro de Investigación y Docencia Corrientes-Chaco (ACID)
* Fátima Aleman -Asociación de Psicoanálisis de La Plata (APLP)
* Enrique Acuña -Escuela de la Orientación Lacaniana - Centro Descartes (Buenos Aires)
* Discutidor: Lorena Danieluk
* Coordina: Claudia Fernández



AUSPICIAN:
Área Virtual Analítica (A.V.A.) de la Biblioteca Freudiana La Plata-
Revista Fri(x)iones -entre el psicoanálisis y la cultura-
Museo Provincial de Bella Artes Juan Yapari
Delegación Posadas del Instituto Oscar Masotta




Presentación

Quien escribe en esta oportunidad es Marcelo Ale. Desde La Plata envía un texto: “La mascarada femenina como creaciones del objeto”.

Se refiere a la organización genital infantil (Freud) y a la significación del falo. Donde la diferencia sexual es consecuencia del falo como estructurante en tanto significante de la falta en el Otro.

Hay un desplazamiento, dice el autor, de Freud a Lacan respecto de la problemática de la sexualidad femenina, Freud acentúa el falocentrismo, tanto en hombres como en mujeres tratan de tenerlo, en cambio Lacan acentúa la dimensión del ser: así el tener ligado a lo masculino y el ser a lo femenino. Esta vía, acentuada por Lacan, introduce, señala el autor, la dimensión de la mascarada femenina.


Claudia Fernández



La mascarada femenina como creaciones del objeto (*)


En “La Organización genital infantil”, Freud afirma que en la fase fálica hay una oposición entre fálico/castrado, es decir posesión o falta de pene. Sostiene además que esto implica que en el inconciente lo masculino coincide con la posesión de pene, pero que en cambio no hay representación inconciente que agrupe a lo femenino. Hay fálico o castrado, pero si bien masculino coincide con fálico, femenino no coincide con castrado, es carencia fálica.

Distingue a los dos sexos por el modo de relación con el tener fálico: uno lo tiene el otro no, de lo que resultan consecuencias subjetivas como por ejemplo la fobia, el fetiche y la sexualidad femenina tal como lo plantea Lacan en “La significación el falo” y en el seminario La relación de objeto. Estas consecuencias subjetivas del encuentro con la castración en los dos sexos son: para el que tiene, temor de perderlo, para el que no, anhelo de poseerlo (angustia de castración y envidia del pene sostendrá al final de su vida en Análisis terminable e interminable). Del lado masculino defensa ante la posibilidad de la pérdida, del femenino tres respuestas posibles; que Freud designa en “Sobre la sexualidad femenina”:

-Inhibición de la sexualidad (apartamiento del quehacer sexual)

- Complejo de masculinidad (porfiada creencia en la conservación del pene)

- Feminidad: salida que supone el recupero fàlico via la ecuación simbólica Niño=falo como objeto que compensa la falta. Es una posición expectante que pasa por la mediación del hombre. Para Freud esta mujer es la que acepta la falta fálica e intenta recuperarla vía el niño=falo que recibirá del hombre.

Hay un desplazamiento de Freud a Lacan respecto de la problemática de la sexualidad femenina, que comienza ya a vislumbrarse en “La significación del falo”. Freud acentúa el falocentrismo que implica que tanto en hombres como en mujeres se trata de tenerlo (conservarlo en un lado, recuperarlo en el otro). El hombre se presenta teniéndolo, la mujer queriéndolo tener. En cambio Lacan, si bien no desestima la primacía del tener del falocentrismo freudiano, acentúa la dimensión del ser que también se pone en juego en esta relación del sujeto con el sexo. El hombre compensa la falta en ser que introduce la castración con el tener, en cambio, en la mujer se abre una nueva dimensión que consiste en extraer una consecuencia de ser de su relación con el hombre. Esta es la vía que nos introduce en la función de la mascarada femenina. Lacan escribe al respecto en “La significación del falo”: “Se introduce la intervención de un parecer, que sustituye al tener, para protegerlo por un lado (el masculino), para enmascarar la falta en el otro(el femenino)... Es para ser el falo que la feminidad despliega todos sus atributos en la mascarada...así se establece la función de la mascara”. Introduce a la mascarada femenina como un intento, vía el “parecer ser”por reemplazar la insuficiente solución por el tener.

El falocentrismo freudiano lo aleja de la interrogación por el deseo del hombre. En este sentido Freud no duda, y lejos de considerarlo como el continente oscuro lo define con claridad: el hombre desea un objeto que compense la pérdida del objeto primordial, la pérdida primaria, la castración.

Lacan no se opone a esta consideración y la ratifica al afirmar la misma idea con la fórmula del fantasma en donde el sujeto dividido se complementa con su objeto que designa a. De allí se desprende toda la fenomenología del hombre lacaniano apegado a sus teneres.

En cambio, a diferencia de la certidumbre que en este sentido proporciona la posición masculina, los interrogantes, en función de la posición falocéntrica, recae sobre el deseo de la mujer. Tal es así que el ¿qué quiere la mujer? ha sido la pregunta que ha provocado una basta literatura psicoanalítica.

La primera respuesta freudiana es que la mujer quiere el falo, en este sentido compensa su castración con el falo al igual que el hombre con su objeto sustitutivo. La mujer que quiere el falo, según Freud, se lo pide al hombre de dos modos: bajo la forma del amor- ya que tener el amor de un hombre tiene una significación fálica- y bajo la forma del hijo y su ecuación fálica.

Para Lacan no basta el deseo del falo para rendir cuentas de lo que vincula una mujer a un hombre, no es solamente el beneficio fálico lo que explica su ubicación del lado del objeto sexual. De allí que avance en este sentido al considerar que la salida a la insuficiencia de la solución de tener el falo es intentar serlo como horizonte de la mascarada femenina. Vira la demanda de tener a la de ser que es uno de los nombres de la demanda de amor.

Que no haya representación de lo femenino en el inconciente para Freud, o que La mujer no exista para Lacan, no significa que el lugar de la mujer no exista, sino que ese lugar permanece estructuralmente vacío, lo cual no excluye que se pueda encontrar algo allí.

Jacques-Allain Miller en De mujeres y semblantes afirma que en ese lugar se encuentran solamente máscaras que no son más que máscaras de la nada, y que la mujer para relacionarse al hombre necesariamente debe pasar por la via de la mascarada, es decir, disfrazarse del objeto del fantasma del hombre. Tal es así que el ser mujer queda ligado a complemento de la castración masculina.

Culmina afirmando que no existe La mujer, pero si los nombres sustitutivos como disfraces: la virgen, niña, la esposa, la prostituta, etc: Todos nombres de lo que puede ser la mujer para el deseo masculino. Hay complementariedad entre el deseo masculino y el ser femenino que se pone en juego en la mascarada.


La mascarada femenina como semblante

El semblante tiene la función de velar la nada, introduce un “parecer-ser” en el lugar de lo real, en el lugar del vacío de representaciones y significantes que produce la castración. Hacer semblante consiste en hacer creer que hay algo donde no hay nada. Según esta acepción, el semblante presenta una función similar a la de la mascarada en tanto ese “parecer-ser” representa un “hacer como si” que vela lo real.

Respecto de la función de la máscara, en el artículo de Joan Riviere titulado La feminidad como máscara, el autor para abordar el tema, hace mención al artículo de Ernst Jones titulado La fase precoz del desarrollo de la sexualidad femenina.Lo que Riviere destaca es que se puede observar que las mujeres que aspiran a cierta masculinidad pueden adoptar la máscara de la feminidad para alejar la angustia y evitar la venganza que temen de parte del hombre. La feminidad así llevada como una máscara, disimula la existencia de la masculinidad. La máscara femenina para él oculta una posición masculina, la creencia de que es poseedora del falo

Eric Laurent en Posiciones femeninas del ser afirma que “hay dos tipos de ideas en relación a esta función de la máscara: una ingenua que cree desenmascarar algo debajo de la máscara y otra que sabe que bajo la máscara solo hay otra máscara. No hay nada bajo la máscara, solo hay la estructura de lo simbólico inmersa en lo imaginario como respuestas a la nada de la castración”.La máscara es la escritura que resulta de la división subjetiva. La mascarada femenina no es una patología, es la presentación de un semblante que intenta suturar la castración del Otro.


La mascarada femenina la fobia y el fetiche como creaciones del objeto

Al seminario de Jacques Lacan que lleva por título La relación de objeto, Jacques-Allain Miller propone llamarlo La función de la castración. En su establecimiento lo divide en apartados referidos a la fobia, al fetichismo y a la sexualidad femenina como tres formas posibles de respuestas a la castración y como formas de creación del objeto ¿Cuáles son las semejanzas y diferencias entre esas tres formas de creación del objeto?

Lo particular de la sexualidad femenina como creación, es el desplazamiento de la feminidad freudiana, (en donde el hijo=falo puede considerarse objeto creado que vela la castración), al objeto creado en el que ella se constituye. Es decir el deslizamiento de tener a perecer ser, o de la feminidad a la mascarada femenina. Hacerse objeto, parecer ser, es crearse como objeto que al igual que el fetiche y el fóbico, velan la nada de la castración. Por esta razón es que podrían ponerse en serie, mascarada femenina, objeto fóbico y fetiche

Para la sexualidad femenina habría dos formas de crear el objeto:

- Según las vías del tener, la ecuación de la feminidad hijo=falo. Según esta vía, la maternidad puede ser considerada como formando parte de la patología del tener. Ubicarse como Otro de la demanda es transformarse en la que tiene, en este sentido es semejante a la posición masculina en tanto se intenta suturar la falta por la fórmula tengosoy.

- Según las vías del parecer-ser de la mascarada en tanto se erige allí como el objeto que completa el fantasma del Otro, la castración del Otro.

La feminidad comparte con el objeto fetiche y el fóbico el intento de compensación de la castración por la vía del tener. En cambio, la solución por la mascarada femenina, introduce la compensación de la castración por la vía del ser.



Marcelo Ale


(*) Resumen del trabajo presentado el 3 de abril de 2004, en la Jornada de Apertura de la APLP que llevo por título Creaciones del objeto, fobia, fetichismo y feminidad.

Bibliografía:

Freud Sigmund.
La organización genital infantil. 1923. Amorrortu.
Algunas consecuencias psíquicas de las diferencias anatómicas entre los sexos. 1925. Amorrortu.
Sobre la sexualidad femenina. 1931. Amorrortu
Análisis terminable e interminable.1937.Amorrortu

Lacan Jacques
La significación del falo. Escritos 2. Paidós
Ideas directivas para un congreso de sexualidad femenina. Escritos 2. Paidós.
El seminario Libro 10 La angustia. Inédito
El seminario Libro 20 Aun. Paidós

J-A Miller
De mujeres y semblantes. Cuadernos del pasador
De la naturaleza de los semblantes. Paidós

Laurent Eric. Posiciones femeninas del ser. Tres Haches
Riviere Joan. La mascarada femenina.