El programa del psicoanálisis -Ciencia, clínica y política en lo contemporáneo-


El programa del psicoanálisis

-Ciencia, clínica y política en lo contemporáneo- (*)

Por Christian Gómez


Un programa supone, si nos atenemos a definiciones mínimas, al menos una declaración de intención, un propósito, finalidad u objeto. Presentar un programa quiere decir, entonces, hacer explícita una política. El título de esta mesa de apertura hace referencia por lo tanto a la situación del psicoanálisis en la sincronía que supone el término contemporáneo, para inmediatamente incluir la diacronía: ¿En que el psicoanálisis constituye un programa?

Desde la filosofía de la ciencia, I. Lakatos propuso considerar las teorías científicas como programas de investigación, introduciendo de ese modo en los debates epistemológicos de los años 60 la dimensión de la historia de la ciencia. En La crítica y el desarrollo del conocimiento científico (I Lakatos-A. Musgrave. Grijalbo, 1975) sostiene que una teoría científica es un programa que parte de principios fundamentales que el llama núcleo central que a su vez están protegidos por un principio metodológico o heurística negativa: esos conceptos, al constituir el núcleo, no son sometidos al aparato de la falsación, es decir que funcionan como hipótesis que permiten el desarrollo de un corpus teórico y metodológico que Lakatos llama heurística positiva.

Así concebido, un programa se sostiene en el tiempo (diacronía) a condición de proponer respuestas a lo contemporáneo (sincronía) a la vez que debe, de vez en cuando, poder decir algo a cerca del futuro. Es decir que un conjunto mínimo de hipótesis fundamentales orientan una investigación que actualiza ese conjunto en tanto prueba de su eficacia en un contexto determinado.

Alumno de K. Popper y contemporáneo a un debate que incluyó entre otros a T. kuhn, Lakatos nos interesa en tanto permite pensar al psicoanálisis como un programa de este tipo, a condición de incluir la dimensión política de una experiencia (la experiencia analítica) que recorta un objeto que escapa a la formalización. En oposición a una ciencia de lo concreto, el psicoanálisis es una ciencia conjetural (1)

Ahora bien, Sigmund Freud emplea el término programa en el año 1930. En El malestar en la cultura distingue el programa del principio del placer, el programa de la cultura y el programa del psicoanálisis como modos diferentes de operar con un elemento que se presenta como irreductible y que Freud liga a la pulsión.

El programa del principio del placer, con su hedonismo a cuestas, se presenta como irrealizable al sucumbir a la triple amenaza del cuerpo propio y su deterioro, el hiperpoder de la naturaleza y los vínculos con otros seres humanos.

El programa de la cultura, es decir el optimismo, que contagia a Freud mismo, de que habría una eficacia de la regulación simbólica del lazo social tiene como saldo el malestar. Resulta interesante el lugar que ocupan aquí la ciencia (la ciencia positiva) como distracción, el arte como satisfacción sustitutiva y la religión como semántica sobre el fin de la vida junto a la embriaguez como construcciones auxiliares, transformaciones del principio del placer por la modestia del principio de realidad. (2)

Ni orientado por el principio del placer ni por la semántica de la cultura, el programa del psicoanálisis supone, de Freud a Lacan, una interpretación del síntoma a partir de situar el objeto que lo causa en tanto resto fecundo en la experiencia analítica así como la incidencia de lo real que operan en la división del sujeto en las humanidades y el saber sin resto de la ciencia. Captar los síntomas sociales en una época determinada no equivale, para el psicoanálisis, a un conocimiento científico sino mas bien a poder leer los efectos paradójicos de un objeto a-conceptual que sin embargo permite, a partir de situarse, la perspectiva del concepto, a condición de situar allí el deseo de saber (2)

Atentos a las paradojas que supone un programa así considerado, el ciclo que ahora inauguramos supone una política que es analítica en tanto puesta en juego de las hipótesis fundamentales (ciencia) que refieren a una experiencia (clínica) textual captable a partir de las conjeturas que orientan al analista en la dirección de la cura.

(*) Versión corregida y resumida de la intervención en la mesa de apertura del ciclo 2010 de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones “El programa del psicoanálisis. Ciencia, clínica y política en lo contemporáneo”. Posadas, 31 de marzo de 2010.

Notas:

(1) Cf. Lacan, Jacques: “La ciencia y la verdad”. Escritos. Siglo xxi.

(2) Cf. Freud, Sigmund. “El malestar en la cultura”. En Obras completas. Amorrortu.

(3) Cf. Acuña, Enrique: “Semblanzas reales: de los meteoros a Internet.”. En Resonancia y silencio. Psicoanálisis y otras poéticas. Edulp. Pág 101-109. La Plata, 2009.